No hay duda alguna de que auténticos ríos de tinta correrán en los próximos días y meses para comentar la nueva entrega de Star Wars. Nos encontramos, en estos momentos, ante dos bandos muy bien divididos: Entusiastas (llegando en muchos casos a personas que dicen que estamos ante la mejor película de toda la saga) y detractores (entre los que se encuentran muchos, sobre todo en el pasado, fans acérrimos de la marca, llegando a odiar el producto actual con un fervor incontestable).
Esta película ha dejado, al que aquí escribe, en el punto medio: realmente asombrado con lo que acababa de ver (técnica y estéticamente es una maravilla), pero frío, tras irse ese deslumbramiento inicial, pasadas unas horas desde su visionado, con lo que la película en sí misma ofrece.
Un mar de sensaciones encontradas cuyos motivos trataré de analizar ahora.
(ESTA CRÍTICA CONTIENE SPOILERS)
El inicio, a pesar de que todos lo conocemos ya de memoria, es inmejorable. Imposible no emocionarse con la ya archiconocida introducción, con la eterna música de John Williams presente, siempre acompañada por las ya históricas letras de toda película de Star Wars, capaces de sacar aplausos en la sala sin necesidad de que se produzca la aparición de ningún personaje. Se nos contará aquí, como siempre, el contexto en el que se sitúa esta nueva entrega.
El punto de partida de la película será el final de El despertar de la fuerza. Rey ha encontrado finalmente a Luke en Ahch-To y trata de convencerle para que se vaya con ella y ayude, una vez más, a la Rebelión. Leia, de forma simultánea, va en busca de una nueva base, perseguida su tropa por la Primera Orden, liderada por el general Hux.
La Rebelión pasa por su punto más bajo y Snoke, a pesar de los reproches que le dirige a Kylo, parece más fuerte que nunca. Tras mucha insistencia, Luke accede a entrenar a Rey, llegando al poco de esto el momento en el que descubrimos los claroscuros de Skywalker.
Empezaremos diciendo que Los últimos Jedi es esa clase de películas que merece, y mucho, la pena ver en el cine. El mejor ejemplo sería esa maravillosa escena en la que el personaje de Laura Dern se inmola para acabar con la nave enemiga y salvar a los restos de la Rebelión, logrando que se hiciera el silencio absoluto en la sala, sólo roto una vez finalizada la escena por manifestaciones de asombro por parte de los presentes. El sonido es impresionante a lo largo de toda la entrega, algo que se hace especialmente patente con cada aparición de una espada láser y en las batallas.
La fotografía es espectacular, luciéndose Steve Yedlin en todo momento. Los efectos visuales tampoco defraudan en ningún momento y pasan la prueba con nota. La música de John Williams, como suele ocurrir, es notable, sin llegar a aportar temas tan icónicos como los de las entregas originales, pero marcando en todo momento un tono muy reconocible para cualquier fan de la saga.
Estamos ante, desde el punto de vista de la interpretación, el mejor Mark Hamill de toda la saga. Luke alcanza la madurez definitiva, recuperando tras muchísimo tiempo la fe. Su escena final, con los soles binarios, ya vistos en Tatooine, es escalofriante. Junto a él, podríamos hablar de otros tres nombres propios con respecto a esto: Daisy Ridley, Adam Driver y Carrie Fisher.
Kylo Ren sigue mostrando a cada película una profundidad mayor, mezcla de joven asustado y confuso que busca alcanzar el poder a toda costa (aunque esto suponga matar a Snoke, en uno de los momentos, por cómo está hecho, más sonrojantes de la cinta), pero que no se decide, al mismo tiempo, a terminar con la vida de su madre. No faltan, como no podría ser de otra forma en una película de Star Wars, las persecuciones y batallas entre naves ni los duelos de espadas, destacando entre éstas ese breve momento en el que Rey y Kylo unen fuerzas para combatir a la guardia roja de Snoke.
El metraje no se me hizo en ningún momento largo, a pesar de sus cerca de tres horas de duración, siendo un entretenimiento continuo, aunque me parecería lógico que para los menos fans de la saga esta duración sí les pudiera hacer el verla muy cuesta arriba. Ciertas partes sí son un tanto innecesarias, como la visita de Finn y Rose al casino, y podrían ser suprimidas sin mucha dificultad, no resintiéndose la historia por ello, pero tampoco llegan a ser momentos insoportables.
Entre las escenas que más me impactaron está la muy alegórica imagen de Rey multiplicada una y otra vez. Destaca, una vez más, BB-8, ya de los personajes más carismáticos de las nuevas entregas, sin necesidad de articular ninguna palabra que pueda llegar a ser comprendida por los espectadores.
La saga Star Wars se muestra, una vez más, muy capaz de crear personajes salidos de la nada que conectan con el público, como es en esta entrega el caso de Rose, algo que sin duda facilitará el proyecto ideado por Disney de ir a película (entre pertenecientes a la saga y spin-offs) por año.
El tramo final de la película me parece, francamente, espectacular, siendo el final perfecto para lo que acabamos de ver, en una clara dinámica de ir de menos a más. La fuerza adquiere aquí un ángulo más profundo, con ramificaciones sin duda más interesantes que las vistas anteriormente. Es difícil el imponer una personalidad propia en un universo como el de Star Wars, y esta película lo consigue.
Entre lo que más critico, se encuentra una de las escenas iniciales: uno de los momentos más simbólicos de TODA la saga, el reencuentro de Luke con su sable a manos de Rey, se ve completamente empañado por una de las escenas de humor más absurdas en el que uno pudiera pensar: el que éste lo lance hacia atrás, sonando de forma simultánea una melodía que pretende ser humorística de fondo.
Horrible es esa escena en la que Leia se ve propulsada al espacio, en lo que podría haber sido un cierre más que digno para la historia del personaje, pero que termina con un momento de lo más surrealista en el que consigue regresar a la nave, tras haber pasado por una tremenda explosión que la lanza al espacio exterior en camisón, aparentemente usando la fuerza, en un momento que no se sostiene por ninguna parte y que no recibe en ningún momento ninguna clase de explicación.
El personaje de Benicio del Toro no goza de demasiados minutos, lo que hace que no termine de estar, al menos por ahora, bien desarrollado del todo, a pesar de que podemos disfrutar de una interpretación portentosa por parte del actor. Laura Dern, por su parte, y no sé si en un problema mío o suyo, me recuerda en todo momento a un personaje a tiempo completo de David Lynch, tras su paso por la tercera temporada de la serie Twin Peaks del director, no quedando este resultado nada acorde a este proyecto.
El reencuentro de Luke y Leia es realmente emotivo, pero transcurre demasiado rápido, sin que aparentemente se le conceda toda la importancia que realmente tiene. Kylo Ren, a pesar de la buena actuación, una vez más, de Adam Driver, no llega a ser en ningún momento ni la sombra de Darth Vader. Snoke tampoco llega nunca a imponerse de forma absoluta como villano definitivo. La mezcla de ambos factores hace que sea difícil para el espectador el llegar realmente a temer a la Primera Orden, que parece más poderosa gracias a su elemento militar que al dirigente.
El aparente trío amoroso que veremos desarrollado en próximos lanzamientos no parece demasiado esperanzador, pero habrá que darle tiempo y ver cómo se desarrolla. La historia es en todo momento entretenida y tiende a no decaer a lo largo de su extenso metraje, pero uno de los principales problemas con los que se encuentra, al igual que sus predecesoras, es el guion. El concederle demasiado a lo fantástico es, en muchas ocasiones, un duro varapalo para la lógica narrativa.
Enormes fallos a la hora de responder a los interrogantes planteados por la propia saga, como que la identidad de Snoke deje de importar tras meses de conjeturas o que finalmente los padres de Rey no sean nadie.
Los malos, como siempre de baja calidad, no están costumbrados a usar el cerebro y siempre fáciles de engañar. Algunas tramas son de relleno y existen ciertas inconsistencias con respecto a cómo se desarrollan algunos acontecimientos y argumentos sencillos. A los buenos conocidos nunca se les alcanza, y todo sale bien justo en el último momento, para no variar, jugando con la tensión del espectador. El problema es cuando esto llega a cotas realmente estridentes, como cuando Finn y Rose quedan a un solo centímetro de caer por un acantilado, recurriéndose en ese momento a un plano que busca provocar vértigo, dejando bien claro que han estado a punto de morir, por si no había quedado claro.
Finalizar este apartado diciendo que las nuevas especies presentadas (que no voy a negar que sean adorables), con el único objetivo por parte de Disney de vender peluches de ellas estas Navidades, me parecen del todo innecesarias.
Tras la publicación de un tráiler que jugó bastante con las expectativas de los espectadores, la película no es finalmente ni tan profunda ni oscura como en un principio podría parecer, aunque sí que destaca con respecto a esto sobre sus antecesoras.
Pasamos a ver como común el que haya grises en los personajes, dudando por momentos entre el bien y el mal, siendo el mejor ejemplo de esto Luke Skywalker. Vemos su miedo y cómo éste estuvo a punto de lograr que matase de forma bochornosa a un joven e indefenso Kylo mientras dormía.
El estilo, a pesar de esa mayor oscuridad, sigue aferrándose en muchos puntos a lo visto en la parte VII, aunque parece haber pequeños giros de timón que podrían indicar que encontraremos algo distinto en el futuro.
Es más que obvio que estamos ante un auténtico momento de transición, hecho resaltado en multitud de ocasiones por los propios personajes de la película, dejando atrás a los mitos que hicieron grande esta secuela, en favor de nuevos protagonistas capaces de seguir manteniendo vivo el proyecto los años que Disney quiera (y el público se lo permita), tratando de enganchar a los más antiguos seguidores al mismo tiempo que se crea una nueva legión de fans. Se busca dejar atrás el pasado, peso sin olvidarlo en ningún momento ni renunciar nunca a él. La nostalgia sigue tan presente como siempre y no faltarán a la cita los guiños a pasadas entregas y los cameos. La renovación es necesaria, y está garantizada, entre otras cosas, con la toma del mando definitiva por parte de Poe en los minutos finales.
Entramos en una nueva era para Star Wars: la de continuar con la máquina de dinero al mismo tiempo que ésta se adapta a los tiempos modernos. El centro de la película es este testigo generacional. El paso de la vieja a la nueva guardia. Tras todo el metraje dejándolo más que claro, el final de la cinta es inconfundible. La gallina de los huevos de oro está más viva que nunca.
La película, como es lógico al ser un capítulo intermedio, no presenta un final cerrado. Estamos ante la cinta de Star Wars de mayor duración, con dos horas y media, manteniendo, eso sí, un ritmo frenético a lo largo de la mayor parte de la película, con multitud de giros inesperados.
El tono político, más revolucionario que nunca, vuelve a estar presente en esta película. Uno de los elementos que más polémica desatará, sin duda alguna, es la transformación que sufren en esta entrega los poderes asociados a la fuerza, en un arriesgado movimiento por parte de los creadores de la película que, muy posiblemente, ofenderá a los más puristas y deleitará a los que disfrutan con el cada vez más extenso catálogo de habilidades desarrollado por los Jedi.
Es evidente que un proyecto cinematográfico made in Hollywood siempre se hace con el objetivo de conseguir beneficios, pero es algo tan descaradamente evidente en estas nuevas entregas que el lastre, por momentos, resulta difícil de levantar, siendo imposible que estas películas alcancen el carisma de los antiguos episodios.
Un enorme sí, pero no. Entretenida en todo momento y sin duda merecedora de ser vista en los cines, pero que no alcanza, ni remotamente, el nivel necesario como para ser considerada la mejor entrega de la saga, a pesar de su perfección técnica, ya comentada anteriormente, y de lo disfrutable que es a lo largo de todo su visionado.
Título original: Star Wars: The Last Jedi
Estreno en España: 15 de diciembre
Año: 2017
Duración: 150 minutos
País: Estados Unidos
Director: Rian Johnson
Guion: Rian Johnson
Música: John Williams
Fotografía: Steve Yedlin
Reparto: Daisy Ridley, John Boyega, Adam Driver, Óscar Isaac, Mark Hamill, Carrie Fisher, Domhnall Gleeson, Benicio del Toro, Laura Dern, Gwendoline Christie, Kelly Marie Tran, Lupita Nyong`o, Anthony Daniels, Andy Serkis y Warwick Davis
Género: Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras
Sinopsis: “La malvada Primera Orden se ha vuelto más poderosa y tiene contra las cuerdas a la Resistencia, liderada por la General Leia Organa (Carrie Fisher). El piloto Poe Dameron (Óscar Isaac) encabeza una misión para intentar destruir un acorazado de la Primera Orden. Mientras tanto, la joven Rey (Daisy Ridley) tendrá que definir su futuro y su vocación, y el viejo Jedi Luke Skywalker (Mark Hamill) revaluar el significado de su vida”.
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© Hansei Media SL
Muy buena y muy completa la crítica. Y muy de acuerdo en todo. La peli tiene demasiados fallos y se queda a medio camino de ser algo mucho más grande. Sin querer faltarle el respeto a nadie, hay que estar muy cegado por el fanatismo para decir que es la mejor de la saga como yo también he escuchado decir a alguna gente por ahí