El Celta acentúa su crisis. El equipo vigués se despide de la Copa del Rey tras caer por la mínima ante el Mirandés. El cuadro celeste logró neutralizar el tanto inicial de Matheus de penalti gracias a un golazo de Pione Sisto en la segunda mitad. Sin embargo, en la prórroga el equipo de Andoni Iraola noqueó a un conjunto que sigue se habitúa a vivir en el drama como rutina (2-1).
La Copa del Rey se convirtió en una especie de banco de pruebas para Óscar García. El contexto obligaba a ello. La situación en Liga y el crucial encuentro de este domingo ante el Eibar provocaban un once de circunstancias. El preparador celeste daba la alternativa al canterano Fontán, que ocuparía el lateral izquierdo, y situaba a Jorge Sáenz como pivote defensivo. El resto de la alineación, era la de la reivindicación. Denis Suárez, Juan Hernández, Pape Cheikh o un Toro Fernández con las maletas hechas dispondrían de minutos en la competición del KO.
El fondo de armario se examinaba en Anduva. No es San Mamés, pero el público también aprieta. Es la ilusión que inyecta este formato copero en el equipo más humilde. El Mirandés, en una buena dinámica de resultados, quería aprovechar su oportunidad para seguir vivo en una Copa del Rey que ya le llevó a disputar las semifinales del torneo hace ocho años. Los hombres de Andoni Iraola, verdugos del Coruxo en esta edición en un arbitraje lamentable, comenzaron dominando al cuadro celeste. Presión alta y ritmo intenso eran sus dos principales argumentos para asfixiar al equipo vigués y hurgar, todavía más, en su crisis existencial.
Los locales pronto inquietaron a Sergio Álvarez. El Gato de Catoira evitaba el primer tanto de un combativo Mirandés. El Celta inquietaba a Limones con los remates de un insistente Toro Fernández. El uruguayo lo tenía claro cada vez que se acercaba a las inmediaciones del área. Apostaba por finalizar, como si quisiera despedirse demostrando que el Celta no había explotado todo su potencial. El conjunto vigués iba reaccionando. Lo hacía muy lentamente. Cuando atraviesas una dinámica tan peligrosa y furibunda, el fútbol te castiga. Y así fue. Martínez Muniera sancionó penalti por mano de Brais Méndez. Matheus no perdonó. Transformó la pena máxima ante la mirada de un Sergio Álvarez que hizo la estatua.
El Celta seguía sufriendo esa particular "desafouteza" que pasea en buena parte de los partidos. Faltaba intensidad, una intensidad que sí le sobraba a un Toro Fernández empecinado con perforar el marco rival. La situación, sin embargo, mejoró tras la reanudación. El marcador y el miedo a una nueva decepción hicieron despertar a los hombres de Óscar García. El delantero uruguayo celeste volvía a monopolizar las ocasiones para el bando visitante. El encuentro cada vez tenía más dominio vigués. Óscar García desequilibró la balanza metiendo todo su arsenal. Pione Sisto y Aspas fueron los primeros en ingresar al verde. El danés y el moañés también provocaron la reacción de Brais Méndez y Denis Suárez. El balón circulaba con más velocidad en la zona de tres cuartos. Faltaba la jugada clave, decisiva, que neutralizase el tanto inicial de Matheus.
Las llegadas se sucedían, pero Limones tampoco tenía demasiado trabajo. El Celta acusaba el escaso potencial ofensivo de Kevin y Fontán en sus incorporaciones al ataque. No obstante, una genialidad de Pione Sisto arregló el problema. El danés solventó una ocasión errada de Denis Suárez con un remate desde fuera del área que habría firmado Jesuli. Los célticos daban al fin el primer paso. Ahora quedaba confirmar la remontada y sellar el billete hacia la próxima fase copera.
El choque se encontraba en una tendencia en principio favorable. El Mirandés parecía que acusaba el desgaste físico y sobre el terreno de juego de Anduva se encontraban Sisto, Aspas y Rafinha. Posiblemente los principales argumentos para lograr la clasificación. Sin embargo, el duelo derivó en un intercambio de golpes. Los pupilos de Andoni Iraola incluso pudieron adelantarse de nuevo en el electrónico, pero una buena mano de Sergio Álvarez evitó el tanto de los locales. No obstante, la acción más clara para sentenciar el partido en el tiempo reglamentario la tuvo Aspas. Toro Fernández, en una de las pocas jugadas que no optó por finalizar, dejó el gol en bandeja al moañés, pero su remate, con la derecha, no encontró portería.
No había tiempo para más. El Celta tuvo la jugada del gol que sellaba el pase a octavos. Tocaba seguir sufriendo en la prórroga. El equipo vigués se adueñaba del esférico. Era el que más proponía. Óscar García retiraba a Fontán para dar entrada a Olaza. Era necesario dar profundidad por fuera. En el segundo acto del tiempo extra se desató la locura. No empezó mal el Celta. Rafinha Alcántara y Sisto en un lanzamiento de falta opositaban al anhelado gol. El reloj transcurría. El Mirandés olió sangre e insistió en presionar la salida de balón del equipo visitante. En un clamoroso error, Rafinha acabó cometiendo penalti. Martínez Munuera interpretó que era jugada manifiesta de gol. Roja directa para el hispano-brasileño. Cuando todo parecía casi perdido, Sergio Álvarez detuvo el penalti. Sin embargo, poco después, Antonio Sánchez cazaba un centro raso en el corazón del área para asestar un disparo que se colaba en el fondo de la portería céltica.
El Celta buscó el empate. Jorge Sáenz tuvo el gol de la igualada en un cabezazo en una acción a balón parado, pero el remate se fue al larguero. La dinámica sigue siendo negativa. Preocupante. El equipo vigués se desangra en sus desconexiones y no acaba de sacar provecho de sus situaciones de dominio y superioridad ante el rival. Da igual quien esté enfrente. Da igual la competición. La Copa del Rey es un aviso, una alarma de que algo hay que cambiar para solucionar la dramática situación en la que se encuentra el equipo vigués. La nota positiva es que hay tiempo.
Mirandés: Limones; Alexander (Carlos Julio, 83'), Odei, Kijera, Franquesa; Guridi, Mickael Malsa, Álvaro Peña (Antonio Sánchez, 100'), Merquelanz; Matheus (Marcos André, 69') y Vicente (Álvaro Rey, 60')
RC Celta: Sergio; Kevin, Aidoo, Araújo, Fontán (Lucas Olaza, 105+1'); Jorge Saénz, Pape Cheikh (Iago Aspas, 66'), Denis Suárez; Brais Méndez (Rafinha, 73'), Juan Hernández (Sisto, 56') y Toro Fernández.
Goles: 1-0: Matheus (penalti) (26'); 1-1: Pione Sisto (86'); 2-1: Antonio Sánchez (114')
Árbitro: Martínez Munuera (comité valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Kijera, Iñigo Vicente, Merquelanz y Antonio Sánchez por parte del Mirandés mientras que por parte del Celta vieron cartulina amarilla Brais Méndez, Jorge Sáenz, Fontán y Aspas. Expulsó a Rafinha Alcántara por roja directa (110').
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