1 de agosto de 2019. Será una fecha para recordar en Vigo. Es el día en el qeue Thirty Seconds to Mars brindó una actuación histórica en el Auditorio de Castrelos. No hizo falta que fuera larga. Alrededor de 80 minutos fueron suficientes para que el grupo estadounidense liderado por Jared Leto regalase la que es, posiblemente, la mejor actuación de la historia reciente en el parque vigués. Por este recinto tan mágico y con una acústica sensacional pasaron artistas Mike Oldfield o Metallica. Sin embargo, el público más joven necesitaba una cita como la de esta noche.
Thirty Seconds to Mars ofreció mucho más que un concierto. Fue un gran espectáculo, un show sin precedentes, digno del intermedio de una final de la Superbowl. Confeti, humo, banderas del grupo y objetos tan extravagantes como globos gigantes, flotadores, delfines o pelícanos. El parque vigués se convertía en el epicentro del rock alternativo, un estilo en el que los hermanos Leto son sus referentes. El recital volvió a tener de telonero a Abel Caballero. El regidor vigués desveló algún detalle sobre la presencia del oscarizado actor y su hermano en la ciudad olívica. "Me han dicho que les encanta Cíes", gritaba ante el público que abarrotaba la platea, las gradas y una buena parte del Parque de Castrelos. "Es el mejor concierto de la historia", relataba el regidor ante las ansias de los fans de Thirty Seconds to Mars por disfrutar ya del que sería el único concierto en Galicia.
"He estado diez años esperando por esto", "Súbeme al escenario carallo" e incluso un cartel con la película "Réquiem por un sueño", film que protagoniza Jared Leto, formaban parte de ese decorado de Castrelos que ya presagiaba que estábamos ante un concierto único. De esos que formarán parte de la memoria colectiva. El recital no arrancó puntual. Los fieles a Castrelos comparaban el retraso de Lauryn Hill. No obstante, los Leto se retrasaron poco más de diez minutos. La espera merecía la pena. Solo de batería de Shannon Leto. Pocas sorpresas con el inicio del setlist. Monolith. Es el tema ideal para calentar la ciclogénesis explosiva de rock y espectáculo que se iba a suceder durante cerca de hora y media.
El confeti y el fuego iluminaban ya el cielo de Castrelos. El público estaba totalmente entregado. Es lógico cuando tienes ante ti un artista que inyecta en cada acorde y en cada verso una dosis de energía brutal. El escenario de Castrelos también era diferente al de las citas anteriores. Una enorme pasarela permitía a Jared Leto contemplar cada detalle, empaparse de las miles de personas procedentes no solo de Vigo y su área, sino del resto de España y de países como Portugal, Inglaterra o Colombia.
Thirty Seconds to Mars no defraudó. Cumplió todos los pronósticos. Subió hasta en dos ocasiones público al escenario. Compartió bailes con sus fans. En detalles como esos es cómo se fraguan las leyendas de la música. Jared y Shannon Leto lo saben. Por ello no bajaron ni un ápice la intensidad de un concierto que dejó momentos de locura total y otros de más reflexión, más parados, como en "City of Angels", donde miles de linternas de móviles iluminaron la noche del Auditorio de Castrelos.
La banda estadounidense dejó muchos momentos. El concierto fue una colección de experiencias. Una de las más simbólicas fue cuando Jared Leto ondeó una bandera de Vigo. La enseña se entremezcló con las banderas de Thirty Seconds to Mars, dos símbolos que se fundieron para dejar una noche histórica en Castrelos.
La locura continuaba. Pasaba la medianoche y Jared Leto seguía poniendo a 200 las pulsaciones de la gente. El show caminaba hacia su recta final. Shannon Leto dejaba la batería para relevar a su hermano como cantante. Interpretó "Remedy" en medio de una pasarela en la que pudo sentir, de cerca, el cariño y el calor de sus fans.
Tocaba la despedida. Thirty Seconds to Mars no hacía "bises". Todo forma parte de una misma historia. Sin puntos aparte. Todo como si fuera el maratón de una adictiva serie de televisión. Llegaba "Closer To The Edge". Los estadounidenses tampoco estaban solos. Alrededor de cien personas acompañaban a los Leto para cerrar el brutal recital que ofrecieron ante miles de personas en Castrelos. No fueron dos horas como otros artistas o bandas que ya han actuado este verano en el parque vigués, pero con alrededor de 80 minutos es suficiente para pasar a la historia. ¿Es el mejor concierto de Castrelos? El debate está abierto. Lo que es indudable es que los hermanos Lato ya forman parte de la memoria colectiva del verano vigués.
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Un poco triste leer esta noticia porque está fuera de la realidad. Ayer estuve en el concierto y me pareció un poco decepcionante. La banda tiene canciones que podrían sonar realmente épicas en directo pero Jared Leto tiene la manía de interrumpir y estropear el espectáculo dirigiéndose tanto al público. En ocasiones se hacía pesado y cortaba el ritmo del concierto con tanto coro al público y subiendo a gente al escenario. De hecho la canción "Closer To The Edge" fue un destrozo...
Además se dejó notar que venían a dar el concierto y hasta luego, poco más de una hora de duración, un adiós frió y a otra cosa.