Nunca es fácil jugarte la vida en un campo de batalla maldito, gafado, como San Mamés. La renovada Catedral es un campo extraño. Casi gafado. Lo dice la historia reciente y lo ha confirmado el conjunto vigués en una tarde desastrosa. El Celta ha sucumbido en el coliseo del Athletic en un encuentro para olvidar, que obliga al cuadro celeste a jugárselo todo en la última jornada para evitar el descenso a Segunda División.
Movió piezas Fran Escribá en su intento por asaltar (o sobrevivir) a San Mamés. Hoedt regresaba al once en detrimento del descartado Gustavo Cabral mientras que Brais Méndez recuperaba la titularidad por Boufal. El encuentro no comenzó con malas sensaciones. El Celta avisó a balón parado. Solo la posición irregular de Maxi Gómez en su remate evitó el tanto del uruguayo.
Esos minutos iniciales fueron un espejismo. Tanto para el Celta como para los centenares de aficionados que acudieron a San Mamés para animar a los hombres de Fran Escribá. El encuentro, en lo pragmático, duró poco más de quince minutos. En un cuarto de hora, la pasividad de Boudebouz para frenar las incorporaciones al ataque y el penalti infantil cometido por Araujo lastraron las opciones célticas en el feudo de los leones. Raúl García, uno de los grandes verdugos del Celta en los últimos tiempos, anotó ambos tantos, un doblete que ya ponía contra las cuerdas al cuadro celeste.
El equipo vigués era incapaz de dominar el centro del campo y crear peligro en la zona de tres cuartos. Maxi Gómez no tenía su día mientras que el talento de Brais Méndez y Boudebouz no afloraba, era uno de los grandes ausentes para poder derribar la muralla rojiblanca. El Celta apenas inquietaba a Herrerín. Solo lo hizo en dos acciones de estrategia y en un remate de Lobotka.
Un gol metía en el encuentro al Celta, pero el penalti ingenuo de Araujo no sería el único accidente de los vigueses en San Mamés. Jugada tonta. Pase atrás hacia Rubén Blanco. El mosense, obligado a salir del área, no conectaba bien el despeje y su disparo rebotaba en Iñaki Williams. El delantero vasco aprovechaba el regalo. Con la portería para él, anotaba el tercero de la tarde y dejaba sentenciado el choque.
Quedaba un mundo. Toda una parte. Sin embargo, el Celta estaba pensando en el encuentro de la próxima semana en su casa, en ese hogar en el que ha logrado reconducir una situación que parecía insalvable hace un par de meses. Pocos célticos tenían fe en la remontada, en por lo menos sacar algo positivo, un botín que permitiera premiar el esfuerzo y los kilómetros que hicieron los cientos de celtistas que pusieron rumbo a Bilbao.
El partido caminaba hacia su desenlace. La penúltima batalla estaba perdida. El Celta también jugaba en Girona. Ese encuentro es fundamental para determinar cuáles son las fórmulas de la salvación. Fran Escribá también entregaba el choque. El preparador valenciano retiraba a Maxi Gómez, apercibido de sanción, para dar entrada a Boufal.
El encuentro siguió su curso. El Athletic sumaba tres puntos importantes para mantener sus opciones europeas. Garitano incluso se permitió otorgarle minutos a Markel Susaseta, que abandonará la disciplina vasca al término del curso, para que recibiera el cariño de su afición. Inluso Iñaki Williams volvió a batir a Rubén Blanco, pero el tanto fue anulado por fuera de juego de Capa.
Lo que sucedía en el verde de San Mamés importaba poco. El gol de Iago Aspas, de penalti a lo Panenka, maquillaba el resultado. Lo importante estaba a cientos de kilómetros, en Montilivi. Ese duelo entre Girona y Levante dirime buena parte de las opciones del Celta para renovar su presencia en Primera División. El triunfo granota deja sellada de forma virtual la salvación. Las cuentas se complican sólo con la derrota, por lo que toca sobrevivir al Rayo Vallecano para dedicar al celtismo la permanencia en la máxima categoría del fútbol español.
Athletic: Iago Herrerín; Capa, Yeray, Íñigo Martínez, Yuri; Beñat, Dani García, Muniain (Susaeta, 79'), Ibai Gómez (Córdoba, 76'); Raúl García e Iñaki Williams (Aduriz, 82').
RC Celta: Rubén Blanco; Hugo Mallo, Araujo, Hoedt, Lucas Olaza; Okay (Jozabed, 72'), Lobotka (Fran Beltrán, 86'), Brais Méndez, Boudebouz; Iago Aspas y Maxi Gómez (Boufal, 63').
Goles: 1-0: Raúl García (penalti) (16'); 2-0: Raúl García (17'); 3-0: Iñaki Williams (40'); 3-1: Iago Aspas (penalti) (89').
Árbitro: Estrada Fernández (comité catalán). Mostró tarjeta amarilla a Beñat, Muniain, Capa y Aduriz por parte del Athletic mientras que por parte del Celta vieron cartulina amarilla Boudebouz, Araujo y Hoedt.
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