Más de 1.000 kilómetros de costa permiten que Galicia cuente con unas de las mejores playas de todo el mundo. Y, aunque todos conocemos el Top 10 de los mejores arenales, con la playa de Rodas en la cima, existen otras menos conocidas o con menor promoción turística que, no en vano, cuentan con una belleza única en el área metropolitana de Vigo. Estas son las cinco playas con encanto que hemos seleccionado:
Eclipsada por la mediática y exuberante playa de Rodas, la de Nosa Señora, es, sin duda, un arenal único. Situada en la Illa do Faro, puede accederse a ella desde el barco que nos deja en el muelle de Rodas. Dejando atrás este arenal, y la playa de Bolos, llegamos a Nosa Señora, también conocida como playa de Carracido, que en sus 140 metros de largo nos deja una panorámica única de isla de San Martiño, la más al sur del archipiélago.
Con una arena totalmente blanca y aguas cristalinas, nos permite relajarnos con unas increíbles vistas en pleno entorno natural. Además, en primer término, podremos divisar el Islote de Viños, empleado en tiempos romanos para castigar a los locales.
Consejo: No te pierdas sus atardeceres y no dudes en visitarla cuando el viento del norte se convierte en un incordio, su posición natural la convierte en un punto de protección y calma. Para algunos, “un auténtico paraíso”.
En el espacio natural protegido de Cabo Home, en Cangas, nos encontramos con un arenal de ensueño. Escoltada por el faro de Punta Robaleira y el de Punta Subrido a cada lado, se sitúa la playa de Melide.
Si no la conoces, prepárate porque su entorno lo tiene todo. De frente, cuentas con una fotografía espectacular de las islas Cíes, panorámica que puedes mejorar recorriendo los senderos que llevan a los diferentes faros. Descrita por la Federación de Comerciantes do Morrazo como “de anuncio”, cuenta además con un sistema dunar tras el cual podrás encontrar la sombra de un bosque de pinos, si necesitas descansar del sol.
Si el tiempo no acompaña, puedes optar por una ruta arqueológica por la Costa da Vela hasta el castro del monte Facho, situado a pocos metros. Allí, además de las vistas, podrás contemplar un yacimiento galaico romano que comenzó siendo un poblado en el siglo X a.C y que tras convertirse en castro fortificado, permanecerá habitado hasta el siglo I a.C.
El arenal cuenta con aparcamiento al que se accede después de pasar por el Mirador da Caracola a través de una pista forestal. Aunque está situado próximo al arenal, deberás recorrer varios metros ladera abajo, pero, sin duda, ¡el esfuerzo merece la pena!
No es la más grande, ni la que cuenta con mejores servicios, pero la playa de Lagos, en Beluso, Bueu, merece sin duda estar en este ranking. Su arena fina y dorada, sus aguas cristalinas y su entorno natural, rural y con el encanto de pueblo marinero, le otorgan un carácter distintivo. Se sitúa en el entorno del Cabo Udra, entre Punta Forcadela y Punta Restada, en uno de los innumerables recovecos en los que el mar y la costa confabulan para otorgarnos estos arenales. Separada por barreras naturales de rocas, cuenta con un mirador desde el que admirar las puestas de sol y el mar embravecido. Son precisamente las rocas las que ejercen de dique natural y favorecen que los amantes del submarinismo se sumerjan para disfrutar de la naturaleza subacuática.
El acceso a este arenal está totalmente indicado y se puede llegar en coche hasta la misma playa, donde hay un pequeño aparcamiento.
En el extremo sur de la provincia, en plena frontera entre Galicia y Portugal, nos encontramos con una playa a medio camino entre el río y el mar. Con aguas en las que su salinidad depende de las mareas, el arenal de O Muíño, en Camposancos, A Guarda, nos ofrece una experiencia única en un entorno totalmente natural, pero con servicios en primera línea de playa.
Situada en la desembocadura del Miño, nos ofrece una bella perspectiva de Caminha y la “raia portuguesa”. Este amplio arenal forma parte además de un complejo de playas que bordean la costa guardesa con A Lamiña y Armona. Casi dos kilómetros de arenales que podemos recorrer, parcialmente, a través de una senda peatonal. Un entorno natural, en una situación excepcional y vigilado por un extenso pinar.
Playa instagramer donde las haya, con una increíble perspectiva de las Islas Cíes que dejará a tus acompañantes con la boca abierta. Este arenal, en el que se tolera el nudismo en una de sus partes y que combina las bondades de un entorno semiurbano con el natural, cierra nuestra lista de playas con encanto en el área de Vigo. Rodeada por zonas rocosas, está resguardada del viento, pero el oleaje puede volverse intenso en ciertos momentos, lo que nos obliga a actuar con responsabilidad y cautela durante el baño.
Ubicada en Saiáns, se accede por una pronunciada cuesta con poco espacio para el aparcamiento, por lo que se recomienda no bajar con el coche hasta la playa.
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