La esperanza de vida del Celta se llama Iago Aspas. El moañés, aunque no firme su mejor partido, es el guardián de un Celta que firmó una primera parte para olvidar en Mestalla. La mejor noticia del duelo ante el Valencia es el resultado. Los vigueses arañan un punto en una plaza complicada como el feudo valencianista y mantienen la mala racha del cuadro che, que todavía no conoce la victoria en lo que va de temporada. Sin embargo, Antonio Mohamed debe reflexionar. Su planteamiento lastró las opciones de sus hombres durante los primeros 45 minutos. Su once ha levantado mucha polémica, una controversia que no debe ocultar el marcador tras el pitido final.
El argentino introducía una sala de máquinas formada por Okay, Fran Beltrán y Lobotka. El sacrificado era Pione Sisto. Mohamed priorizaba aportar más solidez defensiva al equipo, su gran obsesión desde que llegó a Vigo. El conjunto, sin embargo, se desequilibraba tácticamente. Lobotka actuaba como interior izquierdo. El eslovaco sufría desempeñando un rol mucho más ofensivo. Es un genio en la distribución, pero no en el uno contra uno o en el último pase. El Celta era incapaz de crear peligro. No existía la conexión con dos de sus principales bazas para asaltar Mestalla, Maxi Gómez y Aspas.
Mohamed había decidido ser solvente atrás y esperar que los "náufragos" Maxi y Aspas aprovechasen las pocas ocasiones que tuvieran. El Valencia derribó pronto la muralla diseñada por el entrenador celeste. El conjunto che atacaba con mucha facilidad los espacios. Guedes campaba a sus anchas. En una transición rápida, el luso resquebrajó la zaga visitante con un pase interior hacia Batshuayi. El belga no perdonó en el mano a mano con Sergio Álvarez y asestaba el primer golpe de la noche para los intereses de un Celta demasiado conservador.
El Celta intentaba resurgir a través de la posesión. Fran Beltrán lideraba la reacción. Si él tiene el esférico, todo es más sencillo. No obstante, faltaba ese mediapunta o ese jugador de banda que pusiera en aprietos a la retaguardia local. Mohamed se dio cuenta del error. Movió banquillo tras la reanudación. Okay dejaba su lugar en el verde a Pione Sisto. La segunda parte ya estuvo mucho más equilibrada. El equipo vigués ya empezó a crear más peligro sobre la meta defendida por Neto. Iago Aspas, demasiado desquiciado durante la primera hora de partido, tuvo la primera para los vigueses, aunque Neto, atento, evitó con el pie el desborde del príncipe de las bateas. El moañés evitó que el esférico saliese por línea de fondo. Centró buscando a Maxi Gómez, pero el rechace de un defensor che provocó que el esférico cayese en las botas de Fran Beltrán, que remató fuera por centímetros.
Se estaba viendo a un equipo totalmente distinto. Quedaba mucho por ajustar. El Celta tampoco estaba jugando con defensa de cuatro. Hugo Mallo se incrustaba en el centro del campo junto a Beltrán y Lobotka mientras que Roncaglia era el lateral derecho. El argentino evidenciaba sus problemas en tareas ofensivas. El Celta ya se había hecho con el control del partido en el centro del campo. Quedaba encerrar en la zona de tres cuartos al adversario y aprovechar la efectiva del ataque. Mohamed decidió poner más pólvora. Dio entrada a Dennis Eckert y retiró a un Hugo Mallo que ya había visto la cartulina amarilla.
Todo seguía con normalidad. El guión del partido era claro. El Valencia apostaba por aprovechar la velocidad de sus atacantes para matar el encuentro a la contra mientras que el Celta cocinaba con posesiones largas la acometida final. En la recta final del duelo, David Juncá mostró una de sus grandes bazas. Firmó un gran centro al corazón del área que aprovechó Iago Aspas. El moañés, de cabeza, empataba el marcador. Su celebración, similares a las de Riazor, cabreó a una parte de la grada de Mestalla.
Quedaban diez minutos. El Valencia empezaba a tener miedo, un temor que Antonio Mohamed no quiso aprovechar. Retiró al goleador del encuentro para introducir a Junior Alonso. El argentino daba por bueno el punto, un botín que parecía imposible al descanso y, quién sabe, si fue escaso ante el estado de ansiedad de un Valencia que sigue sin ganar esta temporada.
Valencia: Neto; Piccini, Garay, Murillo, Gayá; Coquelin (Kondogbia, 70'), Carlos Soler, Wass, Guedes (Cheryshev, 76'); Rodrigo y Batshuayi (Gameiro, 83').
RC Celta: Sergio; Hugo Mallo (Dennis Eckert, 70'), Roncaglia, Cabral, Araujo, Juncá; Okay (Pione Sisto, 46'),Fran Beltrán, Lobotka; Iago Aspas (Junior Alonso, 85') y Maxi Gómez.
Goles: 1-0: Batshuayi (25'); 1-1: Iago Aspas (82').
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (comité castellano-leonés).
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