La playa es uno de esos clásicos imprescindibles del verano. Haga el tiempo que haga, la mayoría nos negamos a prescindir de ella en nuestras vacaciones. Cualquier excusa es válida para caer en la tentación de pisar un arenal: dar un paseo, tostarse al sol, visitar el chiringuito o huir del calor dándonos un chapuzón. En el Baixo Miño encontramos opciones de todo tipo: playas marítimas y fluviales, urbanas o a las afueras, zonas de baño situadas a pies de antiguos monumentos y otros espacios donde las áreas de ocio conviven con el patrimonio y la historia.
Podemos recorrer el Baixo Miño buscando sus playas más desconocidas y otros espacios aptos para el baño, tales como piscinas naturales en plena montaña y tranquilos remansos en el curso bajo de algunos ríos. Desde Oia y hasta Tui, la comarca nos ofrece una buena colección de lugares en los que disfrutar de una refrescante zambullida veraniega.
Si comenzamos nuestro recorrido en Oia, en la rocosa costa de Mougás encontraremos algunas playas de cantos rodados y pequeñas zonas de arenal. Se trata de pequeñísimas calas entre zonas de rocas, en pleno mar abierto y a los pies de la Sierra da Groba. El mar bate con fuerza habitualmente, pero son lugares espectaculares en los que disfrutar de la tranquilidad, el sonido del mar y la frescura de la brisa atlántica. Entre ellas destaca la playita de As Besadas, en las inmediaciones de uno de los campings de la zona.
Además del baño, si vamos con cuidado y atención descubriremos entre la arena una pequeña joya botánica de la zona, la arenaria de mar, también conocida como hierba de la sal (Honckenya peploides). Se trata de una de las especies más amenazadas de los arenales costeros y única población resiste en toda la comarca.
Desde la Asociación Naturalista de O Baixo Miño (ANABAM) se vienen desarrollando campañas para su preservación, reservando espacios para que la planta prolifere. Así que, si visitamos esta playa no está de más abrir los ojos antes de pisar y extender nuestra toalla: debemos respetar el perímetro vallado que protege esta especie en riesgo de desaparición, así como la cartelería informativa que acompaña al cordón que acota la zona sensible.
Muy próximo a este espacio se encuentra el pequeño arenal de Mougás-Porto, cerca del Aguncheiro. Cuenta con superficie de arena, aunque se trata de una zona bastante rocosa, con abundancia de bolos graníticos de suaves formas desgastadas por la acción del mar. Teniendo en cuenta las buenas condiciones de esta zona para la práctica del surf, se trata de un enclave bien conocido entre quienes visitan la costa del suroeste gallego buscando las mejores olas.
A unos 10 minutos en coche desde Mougás, siguiendo por la carretera PO-552 en dirección A Guarda, encontraremos el Monasterio de Santa María de Oia, con su imponente silueta a la orilla del mar. Justo a los pies del monumento, una pequeña playa invita al baño disfrutando de una vista única: un convento de origen medieval con más de 8 siglos de historia. Además, a última hora del día, se pueden contemplar una de las más bellas puestas de sol de la comarca
Aunque la playa del monasterio sea la de mayor tamaño del municipio, si la marea está muy alta puede que veamos desaparecer la franja de arena al quedar cubierta por el mar. En muchas ocasiones, el agua y el oleaje llegan directamente hasta el muro del paseo del puerto.
Las pequeñas calas costeras oienses no son las únicas zonas de baño que existen en el municipio. Si nos vamos hacia la montaña, encontraremos tres conocidas zonas de piscinas naturales que suelen gozar de concurrencia durante la época estival. Sin alejarnos mucho de la costa encontramos las conocidísimas pozas de Mougás y, si nos vamos más hacia el interior, en las aguas del río Tamuxe (también conocido como Carballas) podemos visitar las pozas de Loureza, el Pozo do Arco en Burgueira y también algunos tramos del río de la Cal.
Por su parte, el concello de A Guarda posee playas para todos los gustos: urbanas, fuera del núcleo poblacional, de mar, de río… O incluso en plena desembocadura. Entrando en A Guarda desde Oia y Portecelo encontraremos las recogidas playas marítimas de Area Grande y Fedorento, unidas por una zona de paseo y merenderos. A pocos kilómetros, en pleno núcleo de A Guarda se sitúan los pequeños arenales urbanos de A Ribeira y O Carreiro, bañados igualmente por las aguas atlánticas.
Las playas más grandes de A Guarda, y de toda la comarca, se sitúan en la zona de unión entre Atlántico y Miño, en Camposancos. Entre ellas destaca especialmente la playa do Muíño, emplazada en plena desembocadura y donde podemos disfrutar de múltiples servicios, una amplia zona de arena y espacios de pinar para combinar la sombra con el ambiente marino. Sus finas arenas color blanco, su particular disposición en forma de concha y sus singulares vistas hacia A Ínsua y Caminha (Portugal) convierten a este lugar en una de las visitas obligadas de la zona.
Además, la playa de O Muíño se prolonga aguas arriba del Miño hacia otras playas, tranquilas, muy familiares y acogedoras. Son las conocidas como A Lamiña, A Armona y Codesal. Son, asimismo, puntos bien conocidos por las personas aficionadas al avistamiento de aves.
A orillas del río Miño a su paso por O Rosal encontramos la playa fluvial de As Eiras, que nos ofrece un espacio de aguas tranquilas, con bellas vistas hacia Portugal, zona de arenal y de hierba. En esta última encontraremos un buen número de alcornoques, tilos, pinos y otros árboles que aportan la ansiada sombra fresca que, junto a un buen chapuzón, ayuda a combatir el calor veraniego.
Siguiendo el sendero que une esta playa con Goián, y dando un agradable paseo de aproximadamente media hora, llegaremos hasta el Espazo Fortaleza, en las inmediaciones del Forte de San Lourenzo, ya en tierras del municipio de Tomiño. Allí descubriremos una fortaleza del siglo XVII que tiene a sus pies una pequeña zona de playa y embarcadero, así como parque infantil y otros equipamientos de ocio.
Otra agradable zona de baño en O Rosal es la situada en el área recreativa de As Aceñas, bañada por el río Tamuxe y donde encontraremos un molino hidráulico, área de merenderos y zona arbolada. Desde este punto podemos realizar el recorrido del Sendero de Pescadores, que nos llevará por el último tramo de los ríos Tamuxe y Miño a lo largo de 7 kilómetros. Se trata de una sencilla y agradable ruta de trazado lineal, cuyos dos extremos son precisamente las principales zonas de baño del municipio: As Aceñas y la playa de As Eiras.
Finalmente, a orillas del Miño en Tui también podemos encontrar entornos aptos para el baño, como las playas de Areeiros, en Guillarei, situada a pocos minutos del centro del municipio y dotada con un pequeño pantalán, y la del Penedo, en Caldelas. Otras opciones de baño sin salir del municipio son Pozo Baqueiro y los molinos de Paredes, en Rebordáns.
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