El Furnia es uno de los cursos fluviales que brota de las entrañas de la Serra do Galiñeiro. A lo largo de sus nueve kilómetros de longitud, este afluente del Miño conserva un sinfín de rincones llenos de encanto: tramos de bosque autóctono, aguas de gran pureza y antiguos molinos, presas y puentes construidos sobre su cauce. En Tui, a una media de hora de Vigo, una cómoda ruta flanquea a este río a su paso por las parroquias de Malvas y Pexegueiro. Allí encontraremos un verdadero remanso de paz y aguas prístinas que conservan toda su pureza original.
La Senda del río Furnia ofrece un itinerario lineal de 4,5 kilómetros a orillas del río en el que encontraremos zonas acondicionadas con pasarelas de madera y algunos escalones que nos harán aún más confortable el camino. A lo largo del trayecto tendremos oportunidad de escuchar el murmullo del río mientras cruzamos puentes, caminamos sobre antiguas calzadas o nos colamos entre los restos de algunas construcciones que nos hablan de que, en algún momento de nuestra historia, la fuerza del agua también sirvió para mover la economía y vida de las gentes del lugar.
Este hermoso conjunto patrimonial es un verdadero testigo secular del paso del tiempo. Cada una de las piedras que lo componen custodia todo un conjunto de conocimientos populares ligados a métodos constructivos tradicionales, oficios, creencias, convenciones sociales y un largo etcétera de aspectos inmateriales. Al mismo tiempo, también nos hace reflexionar sobre la necesidad de preservar estos lugares de valor patrimonial, siendo conscientes de lo fundamental que contar con unas bases sólidas para entender nuestro presente y construir el futuro.
Para llegar al inicio de la ruta debemos llegar hasta Tui y tomar la carretera PO-340 hasta llegar a la parroquia de Malvas. Allí, en la zona de A Devesa encontraremos el punto de partida del sendero, espacio donde dejar el coche aparcado y un primer panel informativo.
Este punto de inicio de la ruta desde Malvas cuenta con su propia localización en google maps, así que, siguiendo esta referencia, el lugar es muy fácil de encontrar. El final de esta senda lo encontraremos después de caminar poco más de cuatro kilómetros y medio, una vez lleguemos al lugar de O Souto, en la parroquia de Pexegueiro.
La Senda del río Furnia transcurre con muy poco desnivel, aunque en el comienzo y en algún tramo posterior encontraremos alguna pasarela de madera y escalones para salvar las irregularidades del terreno. El encanto y verdor del lugar anima a caminar con calma para, poco a poco, dejarnos seducir por sus bellos rincones llenos de vida.
Una exuberante vegetación de ribera (entre la que destacan frondosísimos helechos) crece a ambos lados de este afluente del Miño, donde también disfrutaremos del ambiente refrescante que nos ofrece la sombra de las especies de mayor porte. Entre los árboles destacan los robles, fresnos e incluso saúcos. No obstante, en algunas zonas podremos encontrar presencia de especies foráneas como el bambú o la acacia.
De tanto en tanto, entre árboles, arbustos y plantas, encontraremos las viejas piedras de hasta 16 molinos hidráulicos, cada uno de ellos señalizados con su correspondiente nombre: o Muíño do Pozo Negro, o Muíño de Alonso, Muíño do Carballo… por citar algunos ejemplos. Encontraremos las puertas abiertas en muchos de ellos, así que es posible contemplar lo que queda de las piedras que antaño se dedicaron a moler el grano aprovechando la fuerza del agua y que, probablemente, también acabaron convirtiéndose en puntos de reunión y socialización.
A lo largo del camino también localizaremos varias zonas de paso que permiten atravesar el río. Entre todos los puentes de piedra destaca el del Mosteiro, con una hermosa calzada. Otro punto interesante del recorrido se encuentra en el entorno del puente de A Corredoira, donde también se encuentran los vestigios de un molino y una sierra hidráulica.
A lo largo del recorrido llama especialmente la atención la claridad de las aguas del Furnia, un valiosísimo tesoro medioambiental a conservar. En ese sentido, un estudio realizado hace años por la Universidade de Vigo conseguía satisfactorios resultados en lo que respecta a la calidad del agua.
El estudio, financiado por la Asociación Veciñal en Defensa do río Furnia, fue desarrollado en el otoño de 2007 y la primavera de 2008 por el departamento de Ecología y Biología Animal de la Facultad de Biología y fue publicado en la revista Nova Acta Científica Compostelana en 2013. La investigación científica logró identificar un total de 7.381 ejemplares pertenecientes a 68 taxones y concluyó que el río presentaba “una muy buena calidad” de las aguas, albergando “una rica fauna fluvial compuesta por una gran diversidad de familias de macroinvertebrados acuáticos que debe ser conservada”.
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