En Valença do Minho, a menos de 45 minutos de Vigo, encontramos la Cascata da Grova. Se trata de un pequeño salto de agua situado en un rinconcito de ensueño y que forma parte de una ruta de 12 kilómetros en la que nos sorprenderán otros encantos “de altura”. Entre ellos, una zona de despegue de parapentes y un alto de hermosas vistas dominado por las ruinas de un antiguo monasterio.
El Trilho de Mosteiró (señalizado como PR6) atraviesa las freguesías de Talhao y Cerdal. ambas situadas en plena montaña de la comarca del Alto Minho. El recorrido es circular y tiene su inicio y conclusión en Cerdal, una localidad situada a tan solo 7 kilómetros del centro de Valença que es especialmente conocida por la Feira de Todos os Santos. Este tradicional de evento se celebra cada 1 de noviembre y atrae a una inmensa multitud de público, tanto local como extranjero.
El punto de partida de este recorrido señalizado es la iglesia parroquial de Cerdal, en cuyo entorno encontraremos un panel informativo del PR6 y las primeras indicaciones hacia el inicio de la ruta. Después de caminar unos 5 kilómetros por los lugares de Cubes, Alderete y Gondim y pasar por zonas de bosque, río y aldeas tradicionales, deberemos seguir la señalización hasta encontrar un campo de tiro.
Una vez en este lugar, donde se abre una amplia explanada con las instalaciones del campo de tiro y un área de despegue de parapentes, veremos nuevas señales indicativas, que en este caso ya nos marcarán la Cascata da Grova. Al fondo de esta vereda de algo más de 200 metros encontraremos el pequeño remanso de paz, tranquilidad y frescor del pequeño salto de agua, un lugar donde realizar un relajante alto en el camino.
En este entorno podremos contemplar la exuberante vegetación que rodea la pequeña cascada que forma el regato de Castanhal debido a la fuerte pendiente del terreno. Al apreciar el gran desnivel por el que caen las aguas comprobaremos que, en su camino descendente, el río va formando numerosas pozas en el rocoso lecho fluvial.
Una vez hayamos tomado nuevas fuerzas podemos continuar la ruta, que nos llevará hasta una amplia y sombreada zona de merendero. Si seguimos por la carretera, a menos de un kilómetro llegaremos al alto en el que se sitúa el monasterio de Nosa Señora de Mosteiró, convento franciscano capuchino fundado en el siglo XIV.
Se trata de un cenobio masculino de fundación medieval que, debido a las profundas reformas realizadas en los siglos XVII y XVIII, no conserva elementos de su arquitectura primitiva. Si tiene, en cambio, valor arquitectónico como muestra de los estilos barroco y neoclásico portugués, así como otras particularidades: se trata del primer convento de los Franciscanos Observantes en Portugal. Según las referencias históricas, tras la fundación y extinción de varios eremitorios previos, en el año 1392 monjes observantes gallegos fundan en el “sitio da Grova” su oratorio, que consagran a Nuestra Señora de la Natividad. La comunidad se mantuvo hasta el siglo XIX, en que sufrió las medidas de los decretos de extinción de órdenes religiosas en Portugal y fue sometido a pública subasta.
A día de hoy, el convento es propiedad privada y se encuentra en estado ruinoso, mientras que la iglesia sí ha sido restaurada, a través de las iniciativas llevadas a cabo por la cofradía de Nossa Senhora de Mosteiró.
La explanada ante la que se alza el imponente monasterio nos ofrece una amplia panorámica de toda esta zona del Alto Minho, pero con estas hermosas vistas no concluye la ruta ni sus atractivos. A partir de ahí, el trayecto transcurrirá por caminos empedrados y próximos a zonas de cultivo hasta alcanzar el lugar de Bacelar. Allí, entre sus estrechas calles encontraremos singulares edificaciones como la Quinta y la Capilla de Nossa Senhora da Ajuda.
Una vez abandonada la aldea de Bacelar, siguiendo la señalización del sendero PR6 llegaremos de nuevo a Cerdal y la iglesia parroquial en la que comenzaba la ruta.
Podemos visitar la Cascata da Grova realizando a pie el sendero PR6, que puede recorrerse en unas cuatro horas y media aproximadamente, o bien realizar el recorrido en coche, dejándolo aparcado directamente en el campo de tiro y completando a pie el corto sendero hasta la cascada. Aunque es un tramo de poca longitud (menos de 250 metros), hay que tener en cuenta que se trata de una vereda estrecha y con suelo muy irregular, por lo que conviene llevar calzado y ropa adecuadas.
Para llegar en coche hasta el campo de tiro deberemos partir desde el mismo punto de la ruta a pie, la iglesia parroquial de Cerdal. Desde allí, primero debemos seguir el camino por la calle de Gandra Meao y posteriormente por la Estrada a Mosteiró. Por este vial continuaremos hasta encontrar un desvío a mano izquierda que nos indica la zona de tiro y el despegue de parapentes. Siguiendo este letrero llegaremos a una amplia área de aparcamiento donde podemos dejar nuestro vehículo y continuar a pie los 227 metros de sendero, que según reza la señal, hay desde ese punto hasta la cascada.
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