Película centrada en el pasado del mítico personaje Han Solo, mostrándonos cómo se fue desarrollando su personalidad de forma previa a la que conocemos en la trilogía original de la saga Star Wars; cómo consiguió escapar de su Corellia natal, comenzó su carrera como piloto o estuvo a punto de formar parte de las tropas del Imperio, conociendo en esa época a determinados personajes que lo conducirán a su posterior y conocida carrera como contrabandista.
Estamos aquí ante un proyecto en el que ya se empezó a trabajar incluso antes de que Disney comprase Lucasfilm en 2012, con Lawrence Kasdan y George Lucas habiendo hablado en el pasado de comenzar a desarrollar una historia sobre cómo Han Solo se había convertido en el personaje que llegamos a conocer.
El camino, sin embargo, no ha sido de rosas, y es que la película no ha estado exenta de polémica y problemas, pues si ya hablamos, en el caso de Deadpool 2, de rodajes que han visto cómo su director cambiaba durante los mismos, en este largometraje nos encontramos con la misma situación, pero llevada al extremo, con Phil Lord y Chris Miller siendo despedidos con la mayor parte de la película completada, tras varios meses de rodaje, viendo como Ron Howard hacía las veces de sustituto de los mismos.
El director, ganador de dos premios Oscar (a mejor película y mejor director por Una mente maravillosa) ya tuvo la oportunidad de dirigir La amenaza fantasma en 1999, tras proponerle esto un George Lucas con el que mantiene una larga relación desde que ambos trabajaran juntos en 1973 en la película American Graffiti, pero no ha sido hasta ahora que se ha producido su incorporación al universo Star Wars. El trabajo para conseguir mantener la fecha de estreno anunciada originalmente ha sido titánico, y en palabras del propio Kevin Smith, también director y amigo de Howard, Ron se ha dejado la vida para salvar el proyecto.
Con unos 250 millones de presupuesto, siendo la más cara de todas las películas de Star Wars, y entrando en el top 10 de las películas más caras de la historia, se comenta que el largometraje fue regrabado por Ron Howard casi en su totalidad (se dice que de lo grabado por los directores originales sólo se usó un 30%), con la cantidad de dinero gastado disparándose a consecuencia de todos estos cambios y problemas afrontados durante el rodaje.
Tras haber echado a Lord y a Miller de la producción, “diferencias creativas irreconciliables” fueron aducidas como la causa de que los caminos de las distintas partes se separasen. Lo que se comenta es que fueron relevados por la propia productora de la película, Kathleen Kennedy, tras las quejas de Lawrence Kasdan, que aseguraba que los directores estaban tratando la película con demasiado humor y exceso de improvisación con respecto a su guion; algo muy inesperado teniendo en cuenta los antecedentes como directores de la pareja (Lluvia de albóndigas o La Lego película), sí.
A todo esto se le sumó la polémica suscitada por la elección del actor encargado de encarnar a Han Solo (algo de lo que hablaremos luego) y el castigo que los fans le han impuesto a esta película tras la octava entrega de la saga; y es que ya comentamos en el pasado lo divididas que estaban las opiniones de los espectadores con respecto al último capítulo de la franquicia creada por George Lucas, y el asunto todavía sigue coleteando a día de hoy, hasta el punto de que esta Han Solo se ha pegado un batacazo bastante importante en taquilla, con unos 372 millones recaudados (la que menos de toda la franquicia), y es mucha la gente que comenta que el motivo es ese efecto castigo impuesto por los fans más descontentos, que han preferido no pasar por taquilla ante la llegada de esta película como un aviso a lo que puede pasar en el futuro con la novena parte de la saga.
El mensaje, sin embargo, no parece haber sido lo suficientemente claro, llegando a aparecer la noticia de que Dave Hollis, jefe de distribución de Disney, achacó como motivo real de la baja recaudación el estreno de Deadpool 2 sólo una semana antes, sí teniendo esta película unos muy buenos resultados en taquilla.
Volviendo al tema de la elección del actor encargado de interpretar a Han Solo, nos encontramos con Ehrenreich, que hay que decir que lo hace muy bien. Había mucho miedo entre los fans de la saga por ver cómo resultaba esta nueva imagen de Han Solo, más todavía cuando salieron las noticias de que el chico estaba recibiendo clases de actuación como medida para solucionar los problemas a los que se estaba enfrentando durante el rodaje, pero el joven cumple con nota. Si más de 2500 actores aspiraron al puesto y él fue el elegido, por algo sería, y a lo largo del largometraje deja patente lo acertada que fue la elección, recreación de la cicatriz en el mentón de Harrison Ford incluida.
Continuando con el apartado de actuaciones, nos encontramos con Glover, dando vida a Lando, con un trabajo espectacular a lo largo de todo el largometraje, comiéndose la pantalla en todas y cada una de sus apariciones, a pesar de no ser demasiadas las escenas en las que sale, creando una muy buena y carismática versión joven del personaje.
Woody está de 10, y puede que sea el actor que mejor lo hace en esta película; pero falla, por otra parte, y de forma bastante estrepitosa, una Emilia Clarke a la que en ningún momento se le ve cómoda con su papel.
Resaltar también que uno de los personajes que más destaca a lo largo del largometraje es el de L-3, robot carismático a más no poder que pondrá la reivindicación y varios toques de humor a lo largo de la película, cobrando vida gracias a una Phoebe Waller-Bridge que tiene una voz magistral para el papel.
El Halcón Milenario, para gozo de los fans de la saga original, será también un personaje más de la película.
En la dirección nos encontramos con un trabajo bien llevado en todo momento por un Ron Howard que no busca en ningún momento ser el rey de la función ni impresionar por su propia cuenta al espectador, limitándose a hacer su trabajo, sin llegar a tener un papel principal en la función.
Importante hablar en este punto de la fotografía de la película y de la dejadez que han tenido una muy buena parte de los cines, generando lógicas quejas por parte de los espectadores; y es que tras la proclama de que la película tenía una imagen tan oscura que resulta difícil de ver, algo que se le achacó al propio largometraje, expertos en la industria han salido ya a decir que la culpa no es de la película, sino de las pantallas en las que se ha proyectado; llegando a ser difícil el saber qué pasa en cada momento o, incluso, distinguir la cara de los distintos personajes.
Chapin Cutler, consultor de proyecciones, y uno de los profesionales más aclamados en su campo, ha comentado ya que el problema radica en que las películas son proyectadas de forma automática, sin que se consulten los tonos, las luces y las sombras de la pantalla, fallando, por tanto, la calibración de los proyectores.
Bradford Young, el director de fotografía en esta película, es conocido por experimentar con el juego de luces, decantándose por dotar a la imagen de tonos predominantemente oscuros. Esto, en caso de poder ver la película de forma correcta, funciona aquí a las mil maravillas, siendo en Han Solo: Una historia de Star Wars espectacular, resultando toda una pena que su trabajo haya pasado desapercibido, llegando a ser incluso criticado, cuando la culpa radica en las propias salas, con la película presentando en todo momento un tono estético algo vintage.
Dentro de la banda sonora nos encontramos con el trabajo hecho por John Powell en combinación con diversos elementos de John Williams, usándose el tema creado por este último para el personaje de Han Solo en su día. El resultado, aunque no pasará la historia, es bueno, cumpliendo de manera notable con su cometido, a pesar de pasar algo desapercibida en determinados momentos de la película.
A nivel guion, del que se han encargado Kasdan padre y Kasdan hijo, con el primero trabajando ya en los episodios V y VI de la trilogía original, entre otras películas de la saga, nos encontramos con alguna que otra pega, como la doble traición final por parte del personaje interpretado por Emilia Clarke, esperada a más no poder; que el villano, Dryden Vos, caiga en el tópico de malo de dibujos animados, siéndolo sólo porque así toca según el libreto; o una relación romántica un tanto forzada entre Han Solo y Qi’Ra bastante mal llevada.
Vemos que la clásica falta de puntería de los malos en esta clase de películas, que en Star Wars es algo que siempre ha alcanzado cotas todavía incluso más inverosímiles, llega ya aquí al punto de tener que ser entendido como autoparodia, siendo de agradecerse ese toque de humor. Somos también testigos de cómo el control y la opresión por parte del Imperio sobre Corellia es cada vez mayor, reflejando esto muy bien la progresiva extensión del dominio que veríamos en la trilogía original de forma posterior.
Un punto un tanto ambiguo sería lo rápido que al personaje de Woody se le pasa la muerte de Val, con la que en ese momento estaba casado, resultando un tanto extraño, aunque sin llegar a caer dentro de los aspectos negativos, pues puede ser entendido desde el punto de vista de que ya antes le había dicho a Han Solo que no puede fiarse de nadie, valiéndose siempre por sí misma, asegurando que la vida es algo solitario, por lo que se le deduce una cierta predisposición psicológica a superar esa clase de reveses.
Destacar, para bien, cómo está llevado el desarrollo del personaje de Han Solo. Criticarlo por no ser como lo conociste en la trilogía original no tiene ningún sentido, pues esto es la presentación de su evolución. Todo lo que aquí vemos encaja a la perfección con el contrabandista de la trilogía original, y hay que recordar que a este progreso todavía le deberían quedar dos películas, pues Ehrenreich firmó un contrato por tres largometrajes, aunque habrá que ver qué pasa finalmente con el resto de esta supuesta trilogía tras el fracaso económico que ha supuesto la película.
Por mi parte sí veo en todo momento a un joven Han Solo en pantalla. No es, lógicamente, Harrison Ford, pero tampoco le hace falta. Todos sabemos ya que es imposible reemplazar al icónico actor, pero esto no puede ser motivo para ir ya a ver la película directamente odiando el producto que te van a ofrecer sin tan siquiera haber empezado a verlo.
El propio Ron Howard ya insistió bastante en esto durante la promoción del largometraje, pero es necesario recalcarlo una vez más: Esta película no va sobre el Han Solo al que vemos en Star Wars IV, sino que lo que pretende mostrarnos es cómo fueron sus inicios y cómo se produjo su evolución hasta llegar a ser la persona a la que conocemos.
El final abierto del largometraje deja el terreno sembrado para la posible continuación comentada anteriormente, que llegó a ser muy puesta en entredicho tras el descalabro de esta película, llegando incluso a hacer surgir el rumor de que habría supuesto la paralización del resto de los spin offs programados, creándose tal bola de nieve, dándose ya por cierta la información, que hasta Lucasfilm tuvo que salir al paso para desmentirlo todo, asegurando que, además de lo ya anunciado, tenían otros muchos proyectos en cartera que todavía no han sido confirmados oficialmente de forma pública.
Para empezar a concluir, decir que el largometraje ya merece la pena sólo por el hecho de volver a ver a Darth Maul en pantalla en una película de Star Wars, estando explicado lo que realmente sucedió con su personaje en The Clone Wars, y suponiendo una alegría tremenda para todos aquellos (entre los que me incluyo) que lo consideran de lo mejor de la tan denostada trilogía de inicios de los dos mil, a pesar de haber sido un personaje que apenas tuvo desarrollo, contando, eso sí, de igual manera, con un carisma abismal por detrás, puede que siendo el protagonista de la mejor batalla de espadas láser de toda la saga, enfrentándose a Obi-Wan y Qui-Gon Jinn.
La sensación con la que nos quedamos tras esta película es algo agridulce, pues estamos ante un muy buen largometraje de aventuras, engarzado en el cine clásico de este género, en todo momento muy dinámico, y con un tono muy de western espacial, que nos acerca al pasado de uno de los personajes más carismáticos de toda la saga de Star Wars, al mismo tiempo que vamos conociendo, poco a poco, más facetas del universo de la franquicia, pero estaría muy bien que Disney diera un salto algo mayor a la hora de arriesgar y nos terminase de mostrar algo totalmente nuevo, aprovechando que estos spin offs no son capítulos propiamente dichos de la historia. Con la pegatina de Star Wars encima, raro sería que no obtuviesen beneficios y, en el caso de esta película, esa “valentía” no ha estado presente.
Por otra parte, y hablando de ver algo distinto, también estaría muy bien el hacer un ejercicio de imaginación y pensar en cómo sería el ser espectadores de esta película sin saber que pertenece a la queridísima franquicia. Es evidente que el largometraje habría pasado muchísimo más desapercibido, pero se habría librado, al menos, de todas las críticas que aseguran que no es un auténtico producto de Star Wars, algo que sería muy de agradecer.
Todo lo que se esperaba que estuviese, está, en un auténtico homenaje al fan de la saga original y a las preguntas que se ha ido haciendo a lo largo de los años con respecto al personaje. El corredor de Kessel y el atravesarlo en 12 parsecs; su pasado en Corellia, su huida, cómo llega a formar parte, de forma muy breve, del Imperio, se convierte en piloto y pasa a ser más tarde contrabandista; su relación con Lando (muy bien llevada en esta película, por cierto); o cómo conoce a Chewbacca. Con respecto a todo esto se le podría reprochar, eso sí, que está tan centrada en mostrarnos algunos de los momentos míticos mencionados en la saga original que no se llega a preocupar de tener la capacidad de crear los suyos propios.
Estamos ante una película consciente en todo momento de ser menor, pero de Star Wars al 100%, puede que incluso siendo, de las nuevas, la más cercana al estilo de las originales, por debajo de la buena Rogue One en lo que a calidad cinematográfica se refiere, pero manteniendo muy bien el tipo. Un largometraje que mezcla varios géneros y que logra entretener en todo momento, teniendo alguna que otra escena digna de recordar, como la del tren; con una fotografía que merece mucho la pena (en caso de que se consiga ver en condiciones) y numerosos toques de humor bastante relacionados con la socarronería del personaje (con las ganas nos quedaremos de ver qué hacían Lord y Miller con el contrabandista en caso de haber conservado sus puestos hasta el final). Ehrenreich no ha venido a sustituir, ni mucho menos, a Harrison Ford, pero ha sido una buena elección para revisitar a la figura a la que dio vida, empezando con buen pie a la hora de volver al pasado del histórico personaje.
Y sí, en lo que es una auténtica declaración de intenciones, Solo dispara primero.
Título: Han Solo: Una historia de Star Wars
Título original: Solo: A Star Wars Story
Estreno en España: 25 de mayo
Año: 2018
Duración: 135 minutos
País: Estados Unidos
Director: Ron Howard
Guion: Lawrence Kasdan y Jonathan Kasdan (Basado en un personaje de George Lucas)
Música: John Powell
Fotografía: Bradford Young
Reparto: Alen Ehrenreich, Emilia Clarke, Woody Harrelson, Donald Glover, Thandie Newton, Paul Bettany, Phoebe Waller-Bridge, Warwick Davis, Clint Howard, Richard Dixon, Joonas Suotamo, Sarah-Stephanie, Deepak Anand, Slim Khezri, Ian Kenny, Doublas Robson, Omar Alboukharey, Sean Gislingham y Nathaniel Lonsdale
Género: Ciencia ficción. Aventuras
Sinopsis: “’Han Solo: Una historia de Star Wars’ da un salto al hiperespacio en una aventura completamente nueva a través de una serie de escapadas por el oscuro y peligroso inframundo criminal, donde se forjarán nuevas amistades y se revelarán secretos del pasado de uno de los héroes más inverosímiles de la saga de Star Wars. Han Solo conoce por primera vez a su leal copiloto Chewbacca y al famoso jugador Lando Calrissian, y se embarcarán en una misión desesperada.”
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