Aunque no era su indicación inicial, los fármacos antidiabéticos agonistas del receptor GLP-1. como el Ozempic, están siendo ampliamente empleados para tratar la obesidad. Precisamente este uso tan extendido está permitiendo identificar efectos secundarios no previstos, como el supuesto incremento de la fertilidad. La comunidad científica internacional está evaluando las causas que pueden estar detrás de este aumento de embarazos entre las pacientes que se tratan con estos fármacos a pesar de estar tomando conceptivos o de sufrir infertilidad. En este inesperado escenario, los investigadores trabajan con dos hipótesis, que los fármacos como Ozempic, Wegoby o Saxenda reduzcan el efecto de los anticonceptivos, o bien que estimulen la producción de la hormona luteinizante, que tiene la función de regular el sistema reproductor.
La primera de la teoría no se ha demostrado, pero con respecto a la segunda existe un estudio publicado en 2015 en la revista "Endocrinology" por el investigador de la Universidade de Vigo, Federico Mallo, junto con otros científicos del Cinbio, que demostraría esta premisa. El catedrático del Departamento de Biología Funcional hormona luteinizante (LH), de modo que estas tuvieron un mayor número de crías viables en comparación con las ratas no tratadas. Por lo tanto se muestra "bastante seguro" de que los agonistas del receptor GLP-1 "promueven la fertilidad porque aumentar el pico de LH preovulatorio".
Federico Mallo explica que este medicamentos se basa en una molécula que se une al receptor de GLP-1 y lo activa. El GLP, Glucagon-life Peptide-1, es una hormona que se produce en el intestino tras la ingestión de alimentos y que estimula la secreción de insulina por el páncreas actuando sobre su receptor específico en las células que segregan la insulina. Este hecho llevó a un intenso estudio de sus efectos durante la primera década del siglo XXI y permitió desenvolver moléculas que se pudieron administrar para mejorar la secreción de insulina en personas con diabetes. Además, se observó que estas moléculas análogas el GLP-1 reducían enormemente la ingestión de alimentos en animales de experimentación, motivo por el que en la actualidad son ampliamente empleados como terapia antiobesidad.
Recuerda que en aquel momento "estábamos interesados en conocer si los agonistas del receptor de GLP-1 podrían cambiar la regulación del sistema endócrino y se podían también modificar las hormonas del estrés y también eje reproductor, ya que todas estas funciones se controlan en la misma región del cerebro , el hipotálamo". "Demostramos que las hembras de rata tratadas con GLP-1 tenían un pico de LH mucho mayor, tenían más óvulos fecundados e implantados y un incremento en el número de crías. Además, cuando se administraba a ratas pre-púberes, se adelantaba mucho el inicio de la pubertad. Estos hechos demostraban que el GLP-1 tiene un potente efecto estimulador del eje reproductor femenino".
Los resultados fueron publicados en 2015 convirtiéndose en un estudio pionero porque "adelantó en casi una década la posibilidad de que los agonistas del receptor de HGP-1, que hoy se utilizan extensamente para el tratamiento de la obesidad, podrían mejorar la fertilidad femenina. Además, explicamos uno de los mecanismos implicados, la activación directa del eje endócrino reproductivo. De ahí la relevancia del estudio y la repercusión, que está teniendo en la actualidad", hasta el punto que Nature, en su sección de noticias, se hizo eco hace unas semanas de esta investigación de 2015.
El estudio se realizó con animales de laboratorio, y aunque las ratas son un modelo muy alejado de los humanos en muchos aspectos, según explica Federico Mallo "comparte una línea subrayable característica en el aspecto reproductor, ya que la rata hembra tiene un ciclo reproductivo similar al de la mujer, pero mucho más corto, llamado estral, que dura cuatro días en lugar de los 28 de la mujer". El ciclo estral se compone de cuatro fases: proestro, estro, diestro 1 y diestro 2. "La fase de estro es similar a la fase ovulatoria del ciclo menstrual de la mujer y en ella se produce la ovulación, que en ambos casos depende de que ocurra una gran elevación de LH (u hormona luteinizante). Sin este pico no hay ovulación y, por lo tanto, no habrá fertilidad", explica.
Como el mecanismo ovulatorio es similar en ambas especies, ratas y seres humanos, "en casi que todos los casos, los mecanismos o alteraciones de procesos endócrino-reproductivos en la rata se pueden extrapolar a la fertilidad femenina humana. A partir de nuestros datos en el modelo animal era esperable un aumento de la fertilidad en las mujeres tratadas con estos fármacos, como ahora se ha observado", señala.
El incremento de la fertilidad y de los embarazos no deseados es tan elevado que algunas empresas farmacéuticas recomiendas a las pacientes que refuercen la protección anticonceptiva e incluso en algunos medios se habla ya de "bebés Ozempic". Pero el catedrático de la UVigo apunta a otra lectura, ya que las personas con obesidad puede tener una fertilidad muy reducida, lo que supone enormes dificultades para conseguir un embarazo, que de conseguirlo adopta ser de alto riesgo. "La administración de los agonistas del receptor GLP-1, entre los que se incluye Ozempic, puede ser de mucha ayuda, contribuyendo a la reducción de peso antes del embarazo, mejorando el metabolismo de los carbohidratos, mejorando la función del eje reproductivo e incrementando la fertilidad", concluye.
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